Dinner {Rick +18}

Afuera hacía frío y para que mentir, el trayecto había sido cansador, Subí por las escaleras y rebusqué las llaves en mi pantalón, cuando las saqué las metí en la cerradura y click la puerta se abrió con un empujoncito de mi pie. Entré y sostuve la puerta para que Rick pasara.

-Bienvenido a mi bescheidenen Heim*- Dijé mostrándole con mi mano una sala tenuemente iluminada por una lámpara de pie en una esquina. Era común de mi madre dejar alguna luz prendida en casa,

* Humilde hoga.

Subí con ella las escaleras. No pasaba mucho tiempo en su casa asi que no la conocía muy bien, pero reconocí al menos las ventanas (?) Cuando me abrió la puerta me reí entre dientes. Hablaba también alemán porque mi padre se había empeñado en que aprendiera su lengua natal pero hacia años que no practicaba y no quería hacerlo mucho frente a ella porque si hacía el ridículo de nuevo, saltaría de algun edificio.

-Danke- dije con una media sonrisa. Como no estaba seguro de decir alguna otra palabra en alemán, dije lo demás en español- Después de tí, preciosa



Off: Use el traductor de google porque no tengo ni puta idea del alemán xD

-Immer das gleiche, oder?*- Le pregunté rodando los ojos y pasándo primero. Quizá ahora lo desubicara un poco, pero es que puertas adentro en casa hablabamos alemán y la costumbre ya era tan mecánica que me iba a costar un poco reprimir ese impulso de querer parlotear en mi lengua natal, ya me bastaba con tener que reprimirme cuando estaba en el instituto o con personas de ahí. Cuando estuve dentro me giré -Trataré de no hablar alemán ¿sí? Cuando estoy en casa, salvo que hayan invitados hablamos así- Expliqué de todas formas, acto seguido lo miré con cara de reprobación -Y... no me digas preciosa- murmuré infantilmente.

*Siempre con lo mismo, no?

Off: No es que sepa muuucho, pero algo me manejo y por eso suelo poner la traducción abajito e.e xD

Me reí entre dientes, entrando tras ella. Eché un rápido vistazo alrededor mientras cerraba la puerta tras de mí.

-Puedes hablarlo si quieres, pero no garantizo que te entenderé. He olvidado casi todo mi alemán- dije con una sonrisita burlona. No podía privarla de algo que le recordase su natal Lübeck, menos cuando sabía cuanto lo extrañaba. Cuando me pidió que no la llamara preciosa comencé a sonreír leeentamenteee y de manera maliciosa. Acababa de garantizar que la llamara así a partir de entonces, aunque solo sea para picarla un poco- Lo intentaré- mentí deliberadamente, manteniendo la sonrisa.

Tomé todas las cosas que aun cargaba y la miré- ¿Donde pongo esto?


Off: Agradezco las traducciones xD

Cerré la puerta tras él y me deshice de mi chaqueta colgándola en el perchero que questa al lado de la puerta.

-Si quieres puedes volver a retomarlo, puedo enseñarte o resfrescarte la memoria- Le dije. No podía evitar querer hacerlo, la ilusión de que ambos lo hablaramos y se convirtiera en nuestro lenguaje secreto fuera de casa era algo que de cierta forma había soñado alguna vez.

Entrecerré los ojos al ver su sonrisa, a priori sabía que eso no era naaaada bueno. -Sí claro, lo intentarás con mucha fuerza- Ironicé rodando los ojos. Al verlo con todas las cosas encima solté una traviesa risita. - Komm, folge mir*- Le hice una seña con el dedito para que se acercara mientras yo caminaba de espaldas a la cocina con un actitud algo sensual (?)

*Ven, Sígueme.

Alcé una ceja, mirandola

-Suena bien, supongo que puedes tratar de enseñarme...-Bajé a propósito el tono de mi voz, hasta que se convirtió en un sensual susurro ronco (?)- Pero te advierto que me distraigo con facilidad...

Le dediqué una sonrisita ladeada. Claro que lo que sentí despues de que me llamara de esa forma me hizo estremecerme por completo, haciendo que mis ojos brillaran tenuemente. La seguí a paso lento, sin acordarme que aun tenía muchas cosas en las manos y cargando en mi hombro, solo la seguí. Por un momento me pregunté si no debería molestarme que tuviera tanto control sobre mi, que odiaba sentirme bajo el yugo de alguien...pero no tardé en decirme que sin duda valía la pena

Caminé hacia ella directo, como un zombie. No podía evitarlo, era como si toda ella me pidiera atención a gritos en los oídos. Cuando me señaló donde dejar las cosas no pude evitar tragar saliva ligeramente y de forma imperceptible... ¿Acaso...acaso me estaba seduciendo?

Por un momento fui consciente de la sangre latiendo en mis oídos y de mis ojos recorriendola de arriba abajo sin quererlo (Feh, la verdad si quería pero no podía controlarlo) Y una ola de deseo me sacudió con fuerza, como si me hubiera arrollado una camioneta, haciendome pestañear ligeramente. La deseaba con locura ¿es que acaso era el día de los sentimientos encontrados para mí? Tomé aire lentamente y me acerqué a donde me dijo, tendiendo un cuidadoso control sobre mi mismo y lo que podía controlar de mis reacciones. Di las gracias mentalmente por saber hacerlo muy bien.

Puse las cosas sobre la blanca superficie y luego me volví hacia ella, preguntadome por un segundo si podría controlarme tan bien como creía.- ¿Te parece bien si comemos algo?- susurré, de nuevo ronco pero esta vez fue sin quererlo. Era como si mi voz se hubiera atorado en mi garganta seca

Tuve un choque mental cuando se lamió los labios, una imagen muy sugestiva, segun yo y mis hormonas. Sentí mi sangre comenzar a bombear del lado contrario del acostumbrado, lo que me hizo sentirme ligeramente incómodo ¿Como podía encenderme tanto con un gesto? Mordí mi lengua para dejar de pensar cosas raras (?), me aclaré ruidosamente la garganta y luego sonreí

-Verdad- coincidí consiguiendo sonreír- Herencia de mi madre.

Cuando me dió la espalda mis ojos volvieron a recorrerla por completo. Hice una mueca con la boca y subí de inmediato mis ojos al techo, pensando y repitiendo mentalmente el alfabeto griego

-Primero el café, tal vez luego otra cosa- dije aun mirando el techo con los ojos entrecerrados y un poco oscurecidos

Mientras tanto yo seguía mirando el techo muy atentamente, repitiendome con esfuerzo el alfabeto griego para redirigir mi flujo sanguíneo.... Mis ojos de inmediato la siguieron cuando se estiró de esa manera e hice, inconscientemente una mueca de dolor y de irritación ¿Para que ponía todo mi empeño si ella continuaba haciendo eso? Parecía de verdad que intentaba seducirme y yo cada vez mas perdía terreno. Mi respiración se había agitado un poco, pero necesitaba hacer algo. Ya

Me acerqué lentamente hacia ella y, con la misma lentitud abracé su cintura por detrás. Una de mis manos pasó a su espalda, subió lentamente, pasó por su hombro y siguió por su brazo hasta pasarlo y llegar a los platitos que intentaba alcanzar- Creo que buscabas esto- susurré en su oído en voz muy baja

Noté como su cuerpo temblo por el contacto del mío. Cuando pegó su cadera por un momento deje de pensar y de respirar, y estuve a punto de mandar a la mierda mi autocontrol. Cerré los ojos, disfrutando de la embriagante situación, de su cadera tan pegada a la mía, del seductor aroma de su piel que me llamaba, del atrayente y dulce sabor de sus labios...

Para mi siempre había sido sumamente excitante escuchar a una mujer gemir, o decir mi nombre entre gemidos, siempre terminaba haciendome explotar. Pero esta vez, cuando a mis oídos llegó ese leve gemido suyo...Mierda, lo sentí de una forma tan potente que mi respiración se cortó al instante y con el perdí el control de mi por completo. Dejé los platos en algun lugar, no me fijé donde y de inmediato mi mano volvió a su cintura. La apreté contra mi mientras, con mi nariz, acariciaba la piel detrás de su oreja y con mi aliento acariciaba su cuello.

Me seguí deleitando con su aroma, cerrando los ojos. podía sentir su cuerpo emanando calor, haciendo que mi cuerpo reaccionara al instante. No podía ni quería controlarme mas. Posé mis labios lentamente en la piel de su cuello despues de pasar una vez mas mi aliento por el y la besé lentamente.

Mis manos, quietas hasta ahora en su cintura, se movieron, acariciando levemente hasta su estómago y de regreso. La quería tanto que incluso me sentía mareado, algo que nunca había experimentado.

La estreché mas contra mí cuando jadeó, lo que me sacaba de quicio. Comencé a recorrer muy lentamente su cuello mientras pegaba mas mi cadera a ella y la acariciaba su estómago, dandonme mi tiempo para recorrerlo.

Mi cabeza me decía que era demasiado pronto, pero mi cuerpo reprochaba incesantemente que había esperado demasiado ¿Que puedo decir contra esos argumentos? Nada, aparentemente. Mi respiración estaba agitada, pero aun así no hacía nada por aplacarla, al contrario. Mis manos se posaron sobre las suyas, que aferraban la superficie como si estuviera a punto de hundirse y las subí acariciando sus brazos con la punta de mis fríos dedos.

Mi mente se quebró al instante. En mi consciente ya no había nada más que su cuerpo y el mío, fundiendose, completandose, tocándose, retozándose y todo lo demás. La solté de improviso y retrocedí un paso. Apenas lo había hecho cuando la tomé del brazo para volverla con algo de brusquedad hacia mi y atraparla entre el mueble y mi cuerpo, presionandome de nuevo contra ella y encapsulándola entre mis brazos

Mi pecho subía y bajaba con algo de rapidez mientras clavaba mis ojos claros, ahora completamente oscuros, en los de ella. Acerqué mi rostro tenso al suyo, rozando sus labios al hablar

-Te deseo- susurré con la mandíbula apretada, aunque eso no era necesario pues mis ojos hablaban solos.

Cuando vi su expresión no pude evitar gruñír de forma grave. Un gruñido de placer que murió en sus labios cuando aprisionó los míos de esa manera tan brusca y tan completamente excitante. Le correspondí de la misma manera mientras mis muy curiosas e impacientes manos se colaban por debajo de su blusa para acariciar el contorno de su cintura y su espalda baja. Mi espina dorsal recibió tremenda descarga al tocar su piel con mis dedos fríos que no pude evitar gemir muy quedamente en sus labios.

Sentía cada vez mas y mas mi cuerpo exhalando en cada poro el calor y la dulce agonía de su roce. Usé todas mis manos para acariciar su espalda y su vientre, Subiendolas hasta casi su pecho pero deteniendolas justo en el borda para volver a bajar. Cuando pegó su cadera a la mìa volví a gruñir sin poder evitarlo. Mi excitación comenzaba a desbordarme mientras seguía comiendo de su boca como si llevara años sin comer.

Todo mi cuerpo temblaba y yo no podía hacer nada al respecto. Mi respiración estaba acelerada y descontrolada. El calor se apoderaba d emi cuerpo tan rápido como la lluvia humedece la tierra. Sus manos me eran la tortura perfecta, dulce y tentadora. Me separé del con la misma brusquedad que con que lo acerqué a mi, sin antes haber succionado su labio inferior,

-Te necesito, Ich wünsche, jetzt.*- Demandé con la voz rasposa y el acento perfectamente marcado, era algo que no podía evitar, la excitación no me dejaba pensar con claridad y no podía pretender no perderme en mi lengua.

Para ser más elocuente mi demanda puse mis manos en su cadera y lo atrajé hacía mi con deseo.

*Te deso, ahora ya.