Primer desayuno (Daniela S.)

Llegué a mi nuevo instituto y lo primero que hice fue buscar la cafetería, que resultó encontrarse en un sitio bastante fácil de encontrar, lo que hacía el interés... Entré y me pedí un croissant y un café, para despejarme un poco, ya que el sueño en aquel momento podía conmigo, incluso notaba que se me cerraban los ojos a medida que conducía, por un momento pensé que me la pegaba. Cuando me dieron lo que pedí me acerqué a una mesa y me senté, dándole un bocado al croissant y mirando el nuevo instituto, que parecía incluso más aburrido que el anterior, pero eso se podía arreglar.

Estaba dando un sorbo al café cuando vi a una chica entrar, sonreí ligeramente, no estaría mal conocer a alguien en aquel mismo instante, la seguí con la mirada y llegó hasta la barra, mi mirada siguió en ella mientras daba otro mordisco al croissant, esperé a que se girase, tal vez un sonrisa ya era suficiente para que se sentase conmigo y así charlar un rato, al fin y al cabo no había muchos sitios libres.

Premio... Se acercó, como yo quería, y me preguntó si se podía sentar, me acomodé sobre el asiento y sonreí de lado, observándole por un momento, estaba bastante bien, para qué negarlo, pero me daban rabia esas gafas de Sol que me prohibían verle los ojos... La curiosidad mató al gato... Asentí e hice una especie de reverencia con la mano para que se sentase. -Pero solo si me dices tu nombre. -Dije mirándole.-

Me preguntó si era el chico nuevo, para colmo lo era y eso no era de mi gusto, siempre había que empezar de cero, aunque tampoco sería para tanto, empecé a jugar con la taza y le miré, aunque más a las gafas que a los ojos, sin un punto fijo. -Sí, soy el nuevo, Jack. -Dije sin más, aún manteniendo la mirada, no se había preocupado por mi nombre, eso no era muy buena señal.

Clavé mi mirada en sus labios, que no estaban nada mal, y cuando se relamió alcé de nuevo la vista a sus ojos mientras humedecía mis labios inconscientemente, benditos labios los suyos... -Así que tú ya eres veterana, no? -Pregunté, suponiendo que ella ya llevaba ahí un tiempo.-

Seguía con las gafas puestas y seguramente se daba cuenta de que la miraba demasiado, no, no la mirada demasiado... La estaba devorando con la mirada. Sonreí de lado cuando dijo que mi nombre era bonito y luego escuché lo de que por desgracia ella ya llevaba tiempo aquí, sonreí de nuevo y negué con la cabeza. -Al menos ya conoces a la peña, yo me tengo que ganar un lugar entre la gente. -Dije con algo de desinterés, si aquí había el mismo tipo de gente que en el otro instituto no sería difícil, solo hay que saber cómo llevarse con la gente, volví a mirar a sus labios y de nuevo a sus ojos alternativamente, pensativo.

-Y dime, Daniela, tienes novio? -Pregunté interesado y sonriendo de lado mientras la miraba, estaba claro que se notaba mi interés, pero a la vez era una pregunta cualquiera.-

Sonreí cuando dijo que entre las chicas me ganaría un lugar, qué irónico, yo pensaba exactamente lo mismo, pasé a mirarle a "los ojos" y sonreí de lado, ahora sentía curiosidad porque se quitase las gafas, al fin contestó, sonreí de lado sin dejar de mirarla.- Vaya! Que raro que alguien como tú no tenga novio... -Que por qué lo preguntaba?- No se, por curiosidad. -Dije irónicamente, encogiéncome de hombros y dándole un sorbo al café.

-No. -Contesté luego sin más.- No tengo novia, digamos que no me pega. -Dije pensativo, ahora mismo no me interesaba tener novia, y no sabía si alguna vez me acabaría interesando.-

Vi como observaba mis movimientos y sonreí de lado cuando dijo aquello, la verdad era que en eso éramos iguales, definitivamente era más divertido estar soltero, más que nada porque podías hacer lo que querías. -Sí, estoy de acuerdo, siempre es más divertido estar soltero. -Le dí la razón, y es que compartía mis mismas ideas.-

-¿Amigos? -Sonreí de nuevo, claro que no, si algo se me daba bien era hacer amigos, me solía llevar bien con todo el mundo, o al menos se me daba bien aparentarlo.- Sí, seguro que hago amigos rápido.-

Al fin se quitó las gafas de Sol, vaya, me quedé sorprendido, al fin y al cabo tenía unos ojazos de envidia, por lo que era aún más guapa de lo que ya me había parecido, sonreí picarón, las cosas mejoraban, al final no iba a estar mal el instituto de pijos... -Bonitos ojazos. -Piropeé mirándole a estos.-

Sonreí de lado y asentí con lo que dijo. -Sí, no dudo que te queden mejor, porque los ojos claro a mí... -Comenté negando con la cabeza, cada vez me gustaba más y no podía evitar admitírmelo a mí mismo y tampoco podía parar de seguir sus gestos, sus miradas, sus movimientos y sus labios al hablar. Humedecí mis labios de nuevo sin tan siquiera darme cuenta, no me esperaba pasarlo tan bien en el maldito instituto, si era así incluso podía venir cada día.-

Alcé una ceja ¿Que no me pegaba? Vaya, pues era la única que me lo había dicho, precisamente siempre había estado en este tipo de institutos. -Dime, ¿por qué no me pega? -Pregunté por interés. Noté que rozaba su pierna con la mía y sonreí de lado, no creía que hubiese sido sin querer. Mantuve la misma mirada que ella mantenía en mis ojos, esperando antes una respuesta de ella, normalmente hubiese contestado sin problemas, pero no sabía qué responder a lo que me dijo ella.-

No pude evitar reír levemente. Era distinta, completamente. Siempre me habían dicho que era un pijo, un niño de mamá, un mimado con pasta por así decirlo, y ella en cambio no, aunque seguro que sí que lo pensaría si se hubiese fijado en mi ropa o en lo prepotente que era, a lo mejor esa mañana no lo había demostrado porque iba completamente dormido.- Así que no tengo pinta... Me alegra de que lo pienses. -Dije medio riendo.- Quién sabe si te equivocas o no. Dicen que uno no puede definir su propia personalidad... -Añadí encogiéndome de hombros, aunque yo sabía perfectamente cómo era, pero resultaba más divertido que la otra persona lo averiguase.-

Ropa cara y cosas de marca no definen la personalidad de una persona .- Comente mirandole a los ojos y sonriendo levemente . A decir verdad tenia pinta de niño pijo , por la forma de vestir y eso , pero al mismo tiempo no lo era en absoluto , o por lo menos no para mi .
Tendre que descubrir como eres realmente no ? - dije alzando una ceja apartandome el pelo de la cara

Reí levemente, se ve que mi ropa no había pasado desapercibida, pero aún así... Al escucharle negué con la cabeza y sonreí de lado. -No, no hace falta que descubras como soy realmente, me gusta cómo crees que soy, y a lo mejor si lo descubres te llevas una desilusión. -Dije mirándola, si no le parecía un niño pijo, no me importa, en realidad me daba lo mismo, de hecho incluso algunas veces me había molestado que me llamasen niño pijo.-

Hice lo mismo para acercarme a ella, con una sonrisa de lado, interesante, me gustaba esta chica. -Ah, si? Y crees que tú vas a poder descubrirla? -Pregunté refiriéndome a mi parte oculta, la verdad es que en realidad a lo mejor tenía razón, pero dudaba mucho que consiguiese descubrir algo de mi verdadera identidad.- Seguro que yo descubro cómo era antes que tú cómo soy yo. -Dije con prepotencia, divertido.-

Sonreí y me acomodé sobre silla y mesa, en la cual estaba apoyado. Le miré por un momento y negué con la cabeza. -En absoluto, pero espero descubrirlo... Pronto. -Dije juguetón sin apartar la mirada de ella. -Y ya que te gustan tanto los retos, podemos ver si consigues descifrar cómo soy realmente. -Le reté, con una sonrisa de confianza.- Aunque no creo que te cueste mucho, dicen que los hombres somos más... Simples. -Me encogí de hombros, lo dije aunque no creyese que fuese cierto.-