Visita sorpresa (Eff)

Habia pensado en hacerle una visita sorpresa a Eff, tenia ganas de saber que tal le iba, pero antes de ir pase por una pasteleria y compre varias madalenas de chocolate, sabia que le gustaban mucho, llegue a su casa con la bolsa y llame al timbre.

Me había duchado hacía un rato, estaba haciendo algunas cosas de la casa mientras bailaba con la música super fuerte, no sé como escuché el timbre. Como no esperaba visita llevaba solo puesta la ropa interior y una camiseta de mi hermano, pero estaba tan concentrada en mi descargué de adrenalina que no me di cuenta de ello al abrir la puerta. Era James, - Hola - dije alegre y sorprendida por su visita.

-no esperaba que salieses en ropa interior pero me vale -dije con una sonrisa -te he traido madalenas -le dije enseñandole la bolsa con cara de niño

Cuando vi su cara ya me extrañé un poco y al hacer aquel comentario, me miré y estiré un poco mi camiseta algo cortada- Estaba en mis cosas y se me olvidó - Reí - Pasa pasa - le invité a entrar, con él entraron el delicioso olor de las magdalenas - Un segundo ya vengo - Fui corriendo al cuarto a ponerme un pantalón corto vaquero que tenía encima de la cama.

-es que he pensado que hacia tiempo que no nos veiamos y he pensado, voy a hacerle una visita -le explique cuando volvio -estabas haciendo algo importante? lo digo porque puedo volver luego -le dije con una sonrisa timida

Cuanto piensas en una misma frase no? - bromeé chinchandolo un poco - Es broma, me alegras que hayas venido, además no hacía nada importante - Le expliqué.

-bueno que no las vas a probar? -le pregunte impaciente

Me mordí el labio mirándolas, tenían una pinta... - En serio, son para mí? - Bueno para los dos. Lo miré y luego abrí la bolsa ilusionada y tome una, -mmm... por dios que bueno - dije tras darle un bocado a una.

-me he acordado que te gustaban y te he traido una docena -le dije contento al ver que le gustabam

Claro tú lo que quieres es que no me quepa el disfraz de haloween- bromeé mientras empezaba a tomarme la segunda, eran mi perdición. - y cómo estás? - Le pregunté terminando de quitar el papelito de la magdalena.

-preguntas o afirmas? -le pregunte bromeando mientras cojia una silla para sentarme

Afirmo - bromeé - Por cierto si quieres cualquier cosa, tú como en tu casa, ya lo sabes - Lo mismo quería al menos agua de haber caminado hasta mi casa. Me pareció raro que no contestara a mi pregunta, quizá había pasado algo - No me has dicho como estás... - comenté mirándolo.

-ah no? -le pregunte evitando la pregunta -por cierto bonita casa -dije mirandola la verdad es que no habia cambiado nada en los años que la conocia pero, tenia que cambiar de tema

Lo miré alzando una ceja, aunque yo había vivido en inglaterra hasta este año pasaba mucho veranos aqui, en esta casa con mi familia, por eso lo conocía desde niña, por eso también sabía que la casa estaba igual que desde entonces y que estaba evitando responderme - James que son ya muchos años.. - dije refiriendome a nuestra amistad - Que ha pasado? - Pregunté sin saber si debía preocuparme.

-nada importante de verdad -le prometei con mirando al techo como hacia cuando mentia cuando era pequeño

Por dios James que así me mentías cuando teníamos cinco años - dije cruzandome de brazos y mirándolo severa para que me contara.

-no se te escapa una -dije forzando una sonrisa -venga Eff ya sabes que a mi nunca me van las cosas al 100 % no hay porque preocuparse -le asegure

James me estás cabreando - dije medio en broma medio en serio - Si no te lo saco a la fuerza - le amenancé de broma, intentando animarlo recordando cuando nos peleabamos de chicos.

-siempre te aprovechas de mi porque eres mas fuerte -bromee -Venga Eff olvidalo, no he venido para que me sermonees -le dije cansado

Al principio sonreí ogullosa recordando mis victorias en la niñez, pero luego mi gesto cambió por preocupación - James no quiero sermonearte, solo quiero que te desahogues, sabes que siempre estaré a tu lado - dije mirándolo y cogiendo su mano.

-Eff, si tu estas bien yo estoy bien recuerdas? -le pregunte recordandole la frase que habia usado toda nuestra vida para demostrarle que mis problemas no importaban

Sabía que no le gustaba hablar de sus problemas, que prefería hacer como si no existieran, pero me hacía sentir tan impotente. Le miré sin creerle pero cedí, - Bueno pues cuéntame lo que sea - Tenía que distraerme porque no pensaba tomarme ni una magdalena más, él sabía que era capaz de comermelas todas de una sentada.

-ya tienes tu disfraz? -la pique riendome

Pues claro - mentí, no podía saber que aun no lo tenía, aunque no tenía apuesta mi disfraz tenía que ganar al suyo.

-a si? y de que vas este año? -le rete con una sonrisa burlona