Siempre igual .. Maldita taquilla (libre)

Era temprano, siempre me gustaba llegar pronto a clase para no llamar demasiado la atención. Estaba buscando unos apuntes dentro de mi taquilla. Curiosamente estaba revuelta, alguien la había abierto pero no faltaba nada. Como no quisieran llevarse libros o deberes... Estaba forzada y no cerraba muy bien, pero me daba igual, no sería tan estúpido de dejar algo valioso ahí.
Un golpe a una de las taquillas cercanas me sobresaltó y estiré la cabeza hacia un lado para ver que pasaba ya que la puerta de mi taquilla me tapaba. Era una chica hablando sola...

Ordené todo lo que pude la taquilla en poco tiempo y cogí las cosas que necesitaba. Unos papeles llegaron justo hasta mis pies y me agaché a recogerlos no sin antes cerrar mi taquilla. Eran de la chica de antes. Recogí todos los que habían caído cerca de mí y se los extendí con una sonrisa. -Creo que son tuyos. Dije con amabilidad mirando a la chica.

Sonreí más cuando me agradeció el gesto y cogió los papeles. Observé como trataba de cerrar la taquilla sin conseguirlo. A mi eso me pasaba cientos de veces y ahora mismo la mia ni siquiera cerraba bien.
-¿Me permites? puedo intentarlo. Sugerí educacamente, como siempre y sin esperar mucho más empujé la taquilla sin mucha fuerza, moviendo la parte del cerrojo con maña y aunque costó, lo conseguí. Miré a la chica. -Problema resuelto. Metí lo que había sacado de mi taquilla en la mochila. -¿Vas para clase?.

No pude evitar soltar un suspiro y aparté un momento la mirada de la chica hacia el suelo. ¿Todo el mundo tomaba drogas en este colegio? ¿pero dónde quedaba la sensatez? que manera de estropearse la vida desde tan joven.
-Sí, yo iba para clase, no me gustaría llegar tarde otra vez. Encogí los hombros y volví a alzar la vista a los ojos de la chica, eran increíbles.

Aquello me molestó un poco, había gente que sí que quería asistir a clase y aprender cada día algo bueno. -Yo no estoy loco y me gusta asistir a clase. Contesté tajante aunque en el momento empecé a sentirme mal, no solia ponerme así habitualmente y lo que iba a decir ahora me perjudicaría en un futuro. -Podemos ir a la cafetería a tomar algo, si quieres. No se me ocurría nada mejor a esas horas de la mañana.

No había empezado con muy buen pie esa chica conmigo. Si lo que quería era ser amable ese no era el buen camino para llevarse estupendamente conmigo. -¿A ti se te ocurre algo mejor?. Pregunté con un tonito que sonaba a la defensiva. Por las mañanas solía estar intratable, y aunque había aceptado, podía proponer algo mejor si ese plan le parecía una mierda. Comencé a caminar por detrás de ella.

Suspiré y negué para mi con la cabeza. Como siempre, la gente ya empezaba a juzgarme sin conocerme, era una de las cosas que más detestaba, pero ya me había acabado acostumbrando.
-Depende de cual fuera, si el plan consiste en emborracharse o drogarse no, ese no es mi estilo. Comenté por encima sin dar más detalles.

Negué rotundamente con la cabeza, no pensaba decir que sí a algo sin saber a lo que me enfrentaría después, no era tan estúpido. -Si quieres me lo dices primero. Contesté más tranquilo y esperando a que se decantara por decirmelo o no.

Encima tenía la cara de llamarme aburrido. Pasé de contestar a aquella provocación, que por lo menos yo entendía como tal y seguí caminando. Yo pensaba ir a la cafetería, si era un plan aburrido podría irse a hacer aquello solita. -¿Por qué no vas a divertirte tú solita con el plan ese que no me quieres contar?. Ya que el mío es taaaan aburrido... Pregunté de nuevo a la defensiva. Al final siempre acababa picando.

Seguí caminando tras ella sin comentar nada. Me había pasado un poco con mi actitud, pero me habían hecho tantas putadas que a veces me costaba confiar en las personas, además ella era una desconocida para mí. Seguía pensando en que lo mejor era ir a tomar algo.

Llegamos a la cafetería sin hablar más por el camino. Yo me había metido de lleno en mis propios pensamientos y poco me importaba lo de alrededor. -Una coca cola. Pedí a la camarera con una sonrisa amable la cual ella me correspondió y se puso a ello. Me senté en un taburete de la barra al lado de esa chica.

-Daniel. Dije sin más cuando ella me preguntó y bebí directamente del botellín de coca cola sin utilizar el vaso, me gustaba así. -¿Y tú?. Pregunté por educación mirando fíjamente a la chica con una expresión de curiosidad.